sábado, 26 de julio de 2014
ESCALERA DE CARACOL
Nuestro amor
es como una escalera
subiendo peldaño por peldaño
apasionado y tierno.
Cuando comenzamos
todo fue tan fácil
a primera vista
nos enamoramos.
Nos juramos amor eterno
y nos fuimos conociendo
como en un juego
de preguntas y respuestas.
Tú allí en tu oriente lejano
plagado de epopeyas ancestrales
mágico y maravilloso lugar
bañado por el mar Mediterráneo.
Y yo aquí en occidente
en la Sudamérica joven.
Yo una simple mujer aventurera y apasionada
y de costumbres libres y claras.
Fascinada por tu idioma
por las odaliscas que mueven el vientre.
Tú no sabiendo ni siquiera
como mi idioma se hablaba.
Empezamos a escalar cada etapa
cuantas cosas en común
teníamos los dos, y juntos
los trepamos, sin mirar atrás.
Solo era llegar a esa cima
que parecía estar tan cerca
y apresurados remontamos
esas gradas sin separarnos más.
Pero llegando al final
todo giró de golpe
y sin darme cuenta
rodé y rodé
y sin llegar a la meta
otra vez me encontré
abajo muy abajo
sin entender porque.
Esas simples escalinatas
de peldaños firmes
se convirtieron de golpe
sin quererlo ni pensarlo
en una endeble,frágil
enigmática y ondulante
escalera de caracol
tan enroscada y cerrada
que mi ascenso se convirtió
en un escarpado
subir, subir y subir
sin saber donde estará el fin.
Desde lo alto
allí estás tú
con tu mano extendida
pidiéndome a gritos
que no me detenga
aunque esos escalones
se vuelvan eternos
e inalcanzables.
Y sigo ascendiendo
esta vez de uno a uno
teniendo la cautela
de no caer nuevamente.
Se que es difícil
subir hacia donde me esperas
los peligros me asechan
y en cada tramo hay más.
Rebuscado, giratorio
peligroso pero vehemente
es este amor nuestro
una retorcida escalera de caracol.
O la asciendes sin miedo
o te caes estrepitosamente
en un abismo sin fin
hacia el infierno.
Diana Chedel -Argentina-
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