jueves, 31 de julio de 2014
EL ARCA DE MIS MANOS
Los continentes se separaron
y los corazones pidieron consuelo
Los bosques nos parecieron milagros
Nuestras manos nos parecieron algo divino
Semillas surgían de ellas
Ablandadas por una lluvia de sabiduría
Surcaré los mares con esta barca
El mar enfadado será como un castigo
Pero yo, fiel, atenta en proa
Espero con ansia verte
Para tocar y dejar en ti una de nuestras semillas
Una luz intensa ilumina mi cuerpo
Encendiendo mis pensamientos
Alimentando mi pecho
Mi nave fue construida con gran amor
Y el mismo mar y el mismo cielo
Son un testamento
Déjate ver por esta alma
que busca tu querer
olvidándose de la distancia
Siento el placer intenso
que solo describe el sexo
Un abandono total
a lo que dentro de mí
parecía estar muerto…
Hoy renazco en tu luz
y juntos en este mundo
por un instante…
y un pequeño espacio…
somos un humilde testamento.
MANOLI SAN MIGUEL HERRERA -Italia-
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