Cuando el sol se esconde digo basta,
se derrama la noche a cantaros,
sus esquinas vacías me alarman,
se silencia el mundo y mi alma habla.
Golpea la oscuridad los ladrillos de mi coraza,
me desvisto por fuera y abro al silencio,
sin viento que me arrastre me detengo,
arena en duna me convierto, quieta...
Busco mi esencia -sal y azúcar-
en esta agotada existencia
que en ocasiones se derrama,
unas cuerdas viejas de guitarra todo callan.
Escuchó y miró mi respirar,
trueno en estampida gime,
y en estas cuatro esquinas subsisto,
mi mundo de noche -sin alegría de día-.
El asombro me reduce, me hace pequeña,
tristezas de ocaso derraman mas tristeza,
tras los cristales en noche cerrada
busco perdón y perdono a ésta mi existencia.
Y es en la noche cuando aclara mi alma
y me doy cuenta...- No hay excusa para la existencia-...
LOLA WIZNER
No hay comentarios:
Publicar un comentario