lunes, 2 de junio de 2014
UNA DÉCIMA A MI MADRE
Óyeme, madre querida,
Lo que yo te tengo que decir.
Un poema vengo a escribir,
mirando que estas dormida.
Que no termine tu vida,
sin que sepas algo de mí…
lo mucho que tengo de ti,
ahora que ya estoy mayor.
Y, para mí, será mejor…
que las cosas sean así.
Llevo tu melancolía.
Y a veces soy muy callada,
me pensaba liberada,
pero cambio cada día.
Entiéndelo, madre mía,
que me creo bendecida,
por ser, por ti, tan querida…
hoy, comprendo cómo tú eras…
Que me quisiste, de veras,
desde que llegue a tu vida.
La vida tiene ironías,
No quiero que sea tarde…
Por eso, que Dios te guarde,
Y que bendiga tus días,
y que vea lo que hacías,
con tus adorados hijos.
Fundando valores fijos,
Hablando con tu silencio…
Hoy, con mi hijo, yo evidencio,
verdad en tus acertijos.
No eres bien conocida,
muchos no saben tu nombre.
Fuiste de un solo hombre,
con tu devoción rendida.
Esa fue tu humilde vida,
pero cuando llegue el final,
a que muchos vas a dejar,
llorando por tanto amarte.
Por eso yo quiero cantarte
Para hacerte despertar.
Nelly Vega-Sorensen -Puerto Rico-
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