sábado, 28 de junio de 2014
GRITOS DE LUCHA
HOMENAJE que quiero dedicar a la cantautora, TXARO BERZOSA BEJARANO.
Posiblemente muy poca gente haya oído de esta Gallega venida a Tudela de Navarra, que con su silla de ruedas ha ido dejando por diversas tierras, un rastro de belleza con la creación de su particular música y preciosa letra. A veces acompañada por el grupo de Kandi Álvarez y otras en solitario.
Una larga trayectoria de luchas en su vida. Lucha por su propia salud, lucha por causas sociales en las que con facilidad se involucra en ayuda de aquello que considera injusto. Ese espíritu guerrero, le ha llevado, a pesar de su discapacidad, a enfrentarse en manifestaciones, incluso a lideradlas algunas veces.
Su canto, es un canto de vida, de fuerza, de justicia, de amor… hasta de ternura. Ella y su guitarra son la voz de los desfavorecidos, son el ejemplo para todos nosotros. Su vida sería larga de contar. Ojalá la veamos un día en el pedestal que le corresponde.
Aventurera del pensamiento.
La voz del intelecto es melodiosa
pero no descansa
hasta que se escucha.
Se hace difícil salir de las retorcidas calles,
avanzar por la plaza
en silla de ruedas
por un empedrado asfalto en cuesta.
Las cortinas se mueven
tras los cristales de los miradores.
Desde las troneras ojos inquisitivos
siguen su paso.
Se oyen suspiros… ¡Sí, es ella!
Vuelve mansa como cordera,
con el chirrido de los radios
y los ejes de esa silla por piernas.
Corcel con el que se acompaña.
El rumor corre como pólvora explotada
y van saliendo vecinos
camino de la glorieta del centro.
Unos hablan de conspiraciones;
otros, de refilón miran.
Algunas ventanas se cierran
y las televisiones preparadas.
Llegó el momento,
irritación insoportable.
La dama de hierro coge la guitarra
y lanza su primer grito al pueblo:
“He sido traicionada por la gente.
No sólo por la prensa, aquí presente,
sino por todo tipo de personas.
Mas seguiré con esta lucha.”
Y dicho eso,
es su canto, es la cuerda que gime
es su voz, la que manda.
Y comienza a hacer sus demandas:
Una justicia social
al Ayuntamiento y al Gobierno.
¡Justicia para los discapacitados
y ancianos que dejaron sin sustento!
¡Justicia por una cultura, sanidad
y la violencia de género!
Pero... ¡vaya, caballo que piensa!
Y cuando piensa su paso se frena
por un alcalde y unos guardias,
que le tiran de la silla.
Solemne, con su instrumento y plato,
se arrastra hasta las partidas escaleras,
como si el destino quisiera
su vida y su alma entera.
Más las cámara y flashes
captan la imagen.
Un pueblo que frena su huida,
y cierra paso a quien mal le hiciera.
Y en la plaza el gentío corre,
vuelven los oídos,
multitud de sonidos
que se convierten en voces.
Así como la Luna está en el cielo.
Así la verdad canta hasta que muera.
Reclamos que hace al de arriba y al de abajo,
para que pongan orden al desorden.
Ana Maria Lorenzo
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