Retas al tiempo, pedazo de hembra,
fuerte tu andar, tiembla la pradera,
y reverdece la enredadera,
que el mismo Dios, silvestre la siembra.
Orgullosa, es tu pose certera,
con el sentir, que inspira al soñar,
cuando al moverse las olas del mar,
siguen el contonear de tus caderas.
Altiva frente, que piensa en amar,
con palabras yo te he de dibujar,
en escultura imperecedera.
Así es el poema, él nunca se va,
aunque yo muerto esté, el quedará,
para que recuerdes, tus primaveras.
José Prado -Estados Unidos-
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