En los días comunes como hoy
bajo escaleras de vidrio florecido
y en las calles hay cigüeñas ciegas,
hombres que exageran evangelios,
mujeres sin labranza como liebres.
Días comunes igual a estos,
tan excesivos como el hierro,
bajan en mí y me carecen.
Ferrocarriles en los icebergs
-mudos de niñez y llevan niñas-
horas desobedeciendo ebulliciones
tan fuertes, tan audaces ante dios.
Días comunes, frutas indecentes.
Mirar al cielo tal vez sirva
a lo mejor caiga lluvia de otros ojos
y alcance a convertirse en vino
¿quién se atreverá a responder?
Días desvestidos de los días
y yo subiendo otra vez las escaleras.
Clara Schoenborn, -Colombia-
Publicado en Palabras Diversas 47
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