¡Qué triste destino,
no recordar nada!
Que quede mi mente
cual noche callada,
y las ideas todas
idas y acabadas.
¡Qué triste destino,
no recordar nada!
Y de lo vivido
que no quede nada;
pasar por el lado
de persona amada
y darle yo el trato
de persona extraña.
¡Qué triste destino,
no recordar nada!
Que sean, los recuerdos,
mil sombras doradas;
donde no conozca
principio de nada.
¡Qué triste destino,
no recordar nada!
PEDRO JESÚS CORTÉS ZAFRA -Málaga-
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