sábado, 3 de mayo de 2014

LA PEREGRINA...



La peregrina de las calles, reina de escaparates fue cisne y princesa en su tiempo lucido. Era fresa y labios en sus años más hermosos. El hada de los desprecios tocó sus virtudes y la hizo vieja y noble en su miseria de cuerpo. Aprieta sus canas con una cuerda rota, donde lucían claveles, brillan nieblas. Loca del silencio sonríe ausente a nuevos viandantes. El pan en sus ojos y el vino en la mente. Era rosa y sirena la triste figura de una reina destronada sin recuerdos, sin palabras. De su boca bebieron luceros y la miraban las estrellas. Fue fuente y deseo y anda a tientas por las calles viejas...
Entre la gente indiferente derrama con sus sonrisas alegría y consuelo, sin saberlo. Corazón de sangre, su único recuerdo .Olvidó el hada tocar la virtud de los sueños. Se mira en el escaparate y sigue viendo a la princesa en la charca y dando un beso al sapo encantado del cuento.
Por las calles viejas pasea en silencio, nieblas de vida acompañantes de sus paseos...En su sola soledad divaga entre jardines, flores, asfalto y carreras sin tiempo. Suspendida quedó sin reloj en sueños.
En su mente figura de cisne, trono y reino, pan y vino reparte a diestro y siniestro. Castigo de desprecios, hoy la han hecho reina disfrazada con harapos, libre de alma vive su cuento…

LOLA WIZNER Y FERMÍN JESÚS VADILLO

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