miércoles, 28 de mayo de 2014
EL POETA ESCONDIDO
En cinturones de olvido, y avenidas de miseria,
olvidado, confundido
repudiado, ignorado, mal querido,
un ermitaño camina, en completa soledad,
desafiando su destino.
En sus momentos a solas, en un rincón olvidado,
saca papeles y lápiz, se pone a garabatear…
En sus ojos se dibujan, los dolores y el lamento
y en su sonrisa forzada, el ermitaño refleja
los ayes y la amargura, de la ingrata vida dura.
Un alma tierna y sincera, observa al viejo ermitaño,
quien al paso de los años,
a pesar de cualquier daño,
guarda una extraña hermosura.
Le pregunta el alma buena, al anciano que le escucha,
-Que es lo que tú haces a solas con tu papel y tu lápiz,
en tu rincón adorado-
El anciano sorprendido, ante la insólita pregunta,
se sonríe complacido
y le dice al alma buena:
-Yo que de la vida he vivido,
y amado como ninguno, yo que también he sufrido
en verano y primavera, yo que he viajado hasta el cielo,
abrazando a las estrellas, garabateo mi vida,
al son de mis parpadeos.
Y el alma buena besa, al caballero ermitaño
que vive en bella orfandad… garabateando su ensueño.
DARWIN I. FLORES VARELA
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