Con labios sucios dicen tu nombre.
Suena el grito de un niño,
un niño dolorido que se despierta.
Eres la mujer
con el llanto más dulce de la tierra.
Con labios sucios repiten tu nombre,
y te miran para robarte, de los ojos,
canciones,
y te miran para envidiar el vientre que siembra
y te miran pero no ven que tu hijo revienta
Y te miran sin piedad
Y te miran mientras con labios sucios
besan las llaves
y de nuevo las cuelgan.
La puerta que detiene el llanto más dulce de la tierra
no está abierta.
Y muere el niño
sin saber por qué las cierran.
Del libro Canción inútil para Palestina de Silvia Delgado Fuentes
Publicado en la Editorial Alebrijes
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