Mi mujer,
es loca,
loquísima, no se anda por las ramas.
va directo por media vía del árbol;
y nunca se detiene a mirar el bosque
devastado que deja a su paso.
Pero también es una preciosa
que me mata de risa,
cuando se pasea por el dormitorio
hablándome en argentino:
Che, no seas pelotudo, fijate en la mina que tenés,
o en mexicano: Órale güey, que no estaré aquí para
acompañarte toda tu pinche vida.
Preciosa, linda, bella mi mujer;
sacando su personaje español:
Joder tío, joder que no te das cuenta de la moza que tenés alao.
Yo me río de su recorrido por la lengua chilena, brasileña.
Mi mujer: fuckiu condenado Edwin, te sacaste la lotería.
Y es verdad.
Edwin Madrid -Ecuador-
Publicado en la revista Estación Quilmes
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