Murmullos temperados, discurso de
nuestros cuerpos… instante de los deseos,
alumbramiento heroico, de un sueño
maduro, que crece en pura realidad.
Vertido yo en tus manos, palpo la piades
de tu cielo aventurado, repitiendo en la
mirada, tu existencia mi dulce amada
origen del llanto, mi destino a la alegría...
Alimentaste a un corazón hambriento
de amor, náufrago en su mundo
desmemoriado, flotando en el vacío...
la luz que emanaste en mi carne, me guió.
Sacando a flote el delirio de mis deseos
la inclaudicable búsqueda de tu dorso ...
mi emoción es la que habla, pulsantes
palabras… los colores de tu cielo los
pinté yo.
Enrique Arana Jáuregui -Perú-
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