Entre fiordos y acantilados
tu, sin sombra me esperas,
en tu mano un ramillete de acanto,
planta perenne como lo es tu espera.
Sus hojas largas, espinosas,
flores blancas, rosas y violetas
se tintaron de rojo sangre
aquel día que partí sin espera…
En el remanso y fondo del valle
hundida la barca, yo y tu quimera,
niñas de tus ojos se abandonaron
en las aguas profundas en agua de dulce sueño.
Hoy, en esta vida nueva,
te recuerdo, sé que me esperas…
he de poner alas y acortar esta
distancia que no es llevadera.
No abandones amor,
llegaré vestida de blanco,
corona de flores
y corazón de primaveras.
…Entre fiordos y acantilados
tu que me esperas
y mi llegada que aun no llega…
LOLA WIZNER
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