Traigo una patria entre mis brazos,
una patria sucia de pólvora y ceniza,
una patria llena de fantasmas.
Traigo una patria entre mis brazos,
no lavéis su sangre con azufre,
si vais a esconder el crimen
dejadme llorar junto a las larvas,
dejadme llorar con ella y sin sus pájaros.
Con ella,
si.
Con ella hasta la muerte.
Traigo una patria entre mis brazos,
traigo toda su hambre y sus puñales,
su llanto de estepa,
sus cadáveres tatuados.
Traigo a un dios ahorcado
entre los senos de esta tierra desahuciada,
antes de arrebatarme los cadáveres
dejadme llorar.
Dejadme.
Del libro Canción inútil para Palestina de
Silvia Delgado Fuentes
Publicado en la Editorial Alebrijes
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