La palma es de esas muñecas
que en sus sueños heliotropos
le hacen al suelo piropos
de yaguas y pencas secas.
Y aunque entre sus ramas huecas
se tira fotos el cielo,
es una mujer modelo
con expresiones sencillas
que no necesita hebillas
para recogerse el pelo.
La palma es una bandera
verde olivo en el bajío
donde el pionero del río
canta el himno a su manera
una diosa de madera
de un elevado argumento
que cuando el río contento
la retrata entre sus aguas,
canta canciones de yaguas
por la guitarra del viento.
Areiny Hernández Camejo
Publicado en la revista Carta Lírica 18
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