SENECTUD DE LÍDER

Es la hipocresía de tu ojo rasgado
la que vela cuando callas
y ofrendas tu engalanada ventana
al vidrio límpido culminante
que tanto reluce tu peana.
Tu apabullante victoria
no se priva de cadáveres
en su desmedida puntería
aunque naufragues de sollozos
que quejas al despecho diurno
de un inodoro de fiel acústica
orientado a la ruina de la escucha
que jamás permitirías atenta.
Tu sabiduría te duele en la cabeza
desde ese martilleo congénere
derretido tras ese aciago gesto
que insistes en purificar
rociándote de datos estadísticos
y vertebradas ecuaciones longevas
ocupando esos espacios que te contienen
de frente y te descarrilan mermado
una vez que te sabes último.
Dejaste de habitar puntero
entre tantos y tantos desmayos,
las edades te condenaron ridículo
anidado de cuervos y fósiles
y girando en la renqueante noria
que chirría molesta, anacrónica,
vencida en tu ojo rasgado.

MANUEL JESÚS GONZÁLEZ CARRASCO -Madrid-