martes, 4 de febrero de 2014

DE ALGÚN LUGAR EMERJO

De algún lugar emerjo,
de una casa en derrota, gangrenada,

de una alcoba oprimida, donde no cabe el cuerpo.

Y nunca llego a tiempo
para dar compañía ni comida
a este hombre remoto
que dice ser mi padre.
El silencio me aplasta, la inquietud
de perder la hora justa, no saber
subir las escaleras, alcanzar
la puerta que se abre
justo en la boca
del precipicio.

Detrás del vidrio turbio
mi padre se entretiene en sus papeles
y no los reconoce.
La madre en agonía y los hermanos
imprevistos, ausentes, desprendidos del aire.

Del libro Vento de sal de Xosé María Álvarez Cáccamo -Vigo-
Publicado en Un día es un día Ágora

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