Su cuerpo era un ornamento
de piel suave, el era mi amigo,
de huesos alegres y delicada
mirada. Era una efigie de
movimientos desordenados
pero de mirada intensa
y sincera. El era el amigo que
nunca se cansaba de estar
a mi lado. Willie era su nombre y
siempre venia a mi con patas
sinceras, con orejas erguidas
y con oídos enamorados.
Willie era mi perro...
mi mejor amigo...mi amigo leal
y sincero.
Hoy te recuerdo.
Jay Jay
No hay comentarios:
Publicar un comentario