Si la Rabia,
se difuminara
como la niebla
y la Libertad
no fuera
moneda
de cambio.
Si todos
los caminos
dejasen de ir
a las Romas
y se tornasen vapor
todos los dioses
inventados.
Podríamos soñar
con ser hombres.
Si la Dignidad,
cual nogal
centenario,
tuviera
fuertes raíces,
para no ser
arrastrada,
por los malos vientos,
que traen
con ellos
la macabra danza
de las espadas.
Y de ellos,
no quedara
ni la sombra
de un recuerdo.
Podríamos soñar
con ser hombres.
Si la Mentira,
no calara
en nuestra cabeza
como lluvia
miserable
y dejara
de taladrar,
el escenario
de la vida.
Las sendas,
serían alamedas
con arcenes
de Igualdad
y rotondas
de Justicia.
Podríamos soñar
con ser hombres.
Si la Cultura,
se pudiera
convertir en semillas,
que sembraran
desde el cielo,
una legión de águilas
montadas por ratas
de biblioteca.
Tendríamos
el mismo idioma,
terminaría
la idiotez asesina
de las razas,
en un destello
y lo libre,
comenzaría
a rebrotar
en una orgía
de tallos nuevos.
Podríamos soñar
con ser hombres.
Si el Respeto,
no quedara
en palabra falsa
y en vez de restar,
se sumara,
si sacudiéramos
los miedos
y sus cepos,
de duro roble,
las yuntas,
serían un recuerdo
y la pobreza
una pesadilla olvidada.
Entonces y solo entonces.
Podríamos soñar con ser hombres
MIGUEL RUBIO
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