Cuelga el abandono
como la máxima de la soledad.
Sin fisuras para escapar
de la opresión que nos menudea
en los pedazos huidos
donde antes nos conformábamos;
sólo el filo de un estremecimiento
contonea nuestra huella sombría
presta a desvanecerse indiferente.
Versos de
Nemesio Acebal, librero ambulante
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