jueves, 5 de diciembre de 2013

ATARDECER BUSQUISTEÑO


Un dorado tornasol crepuscular
divina transparencia en lontananza,
un escalofrío al centro medular
soñar embriagador en añoranza.

Busquistar, su precioso atardecer,
se funde en maravilla misteriosa,
su contraluz es un bello acontecer,
difuminando su luz maravillosa.

El cerro sombreado, la mezquita,
resaltan ese embrujo postinero
que esta villa, querida, pequeñita,
hace grande el pueblo chamusquero.

Como rocío de emociones oscurece
nuestra alma sensible, Alpujarreña,
Una honra que a todos nos merece,
sentimiento y grandeza, Busquisteña.

José Salas -Barcelona-

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