martes, 31 de diciembre de 2013
ANTORCHAS A LA SELVA
La inteligencia se nos vuelve garra y llega a borbotar
ácido digestivo utilizado en pruebas externas
Laminados, aprendemos a sobrevolar el panorama
y lanzarnos sobre cualquier presa a la vista como halcones tenaces
golosos, hasta despedazarla en nombre del arte
y después
sus harapos al sol
De tal aprendizaje se trata nuestro presente hambre
Temas obras personajes un hecho cualquiera ofrecible
una escena cualquiera ofrendable
Y otros escapan revelandosé bajo nuestro pico para satisfacción plena
de la furia anidada en la peña matinal adonde la bruma desfila
Y lo demás importa menos se convierta en hierba lejana o polvo expeditivo
Haremos nueva desproporción nueva caza nueva rapiña desde lo alto
desde lejos. Nos perfeccionaremos nos afilaremos
Nuestro corazón funcionará al compás de los desgarrones en la piel abajo
Interiorizada. Fotografiada. Y si el ensañamiento se dispara se exacerba
las garras se dispararán tras él las alas multiplicarán su ritmo
El paisaje se tiñe de rojo dos veces al día y nos halaga
Gotea sangre de nuestros bolsillos interiores
¿Por qué pensar en las flores nos da asco?
¿Por qué nos da asco pensar en caricias?
¿Por qué nos subleva esta fragilidad?
¿Por qué tomamos por cobardía los gestos o la falta de gestos?
No importa y no espanta. El otro lado es la salud
Adelante. Es lo que significa
Tanta desatención
Del libro ‘Indignación de Noviembre’ de Simón Esain
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