sábado, 23 de noviembre de 2013
LÁSTIMA
Lástima de alegría perdida
convertida
en lacerado llanto
amargo por las esquinas,
triste y apenado.
Fausto, convertido en día,
saliendo del Infierno
para cobrar la factura
a las almas vendidas.
Penar de alas cortadas
y títeres desangrados,
en el escenario
de cartón piedra de la vida.
Desamor del osito de peluche
abandonado en el desván,
del desierto secreto
donde viven las memorias
de los recuerdos.
Bicicleta melancólica,
oxidada en el trastero
con una cuerda de peonza
y una muñeca diabólica,
que al quedarse muda
se volvió espectro
de mirada fantasmagórica.
Penar de la serpiente coja
por su envidia al ciempiés
y su desfile de patas
en dos alineaciones,
marciales y rápidas.
Desconsuelo
del murciélago ciego
por no ser águila.
Del iceberg viajero
por convertise en mar
y perder el alma
de su escultura de hielo.
Dolor del saxo olvidado,
de la guitarra perdida,
del tambor infantil
y el piano callado
de silenciadas teclas.
Pena del arpa desconsolada
convertida en plañidera
con sus cuerdas semejando
una loca tela de araña.
Lástima y desamor,
dolor y penar
siempre a la espalda,
cargadas y pesadas
como una perpetua condena.
MIGUEL RUBIO
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