Te quedas dormido al volante todas las mañanas miles de veces,
te lanzas al abismo copa a copa,
buscas la lluvia mirando a los ojos a la muerte.
Has llenado tu piel de pellejos repegados de palabras vacías,
eres un aventurero del absurdo,
copa a copa rompes tus días.
Tu discurso es el de un borracho a los pies de los caballos,
tu mirada salvaje te salva de los demás,
pero contra ti mismo,
nunca llegarás a nada.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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