He desechado sombras que no decian nada,
palabras vacias dormidas en el alma.
Vislumbré tu cara tan lejos como la mirada,
amé tu cuerpo y me posé en tu boca con el dolor de mi silencio.
Eres rama de un fruto que no alcanzan mis manos,
eres sueño que alumbra los veranos.
Me alejé sintiendo y me llené de ausencia,
eres la esencia del tiempo que cuenta mi almohada,
el viejo amanecer llora de nuevo,
ante mi tu piel, mi rabia.
Me perdí en la noche que hiere el alba,
recuerdo y rosa clavado en la espalda,
loco de pesar recorro lo inmundo
en un prado ralo me acostumbré a tus labios,
visos de fuego crepitan en mi lecho.
Mi pecho una carcel que guarda tu cuerpo,
eres el desvan de mis silencios,
aventura en la penumbra que vive mi tiempo,
amarte clausuró las guitarras con añejos cantos y brotes de heno.
Eres la hierba que acoge el infinito
de mis dedos en tus senos,
tu boca cielo, mi boca infierno,
las azules llamas anuncian un encuentro
entre un cuerpo cosido a otro cuerpo, ...flor y viento...
Hoy amor te invito a desaprender...
Mi corazon desconectado de la vida sigue preso del tuyo,
en mi latir de alma. Con dulce tristeza me encadenas a tus dias
en tu pecho, me guardas y sientes mis besos.
Rabia contenida en ti, dentro. Mi piel ya no recorre tu espalda,
sueñas en penumbra aventuras pasadas. Soy rama lejana en imposible reencuentro.
Sin ser, soy tu sentir de vida,tu luz, estrellas y firmamento. El ocaso
que alumbra tus dias, y ese viento que a veces sopla y enciende tu deseo.
El heno segado acallo a las guitarras, cantos de cigarras y a mis besos.
Tan solo fue un momento y se hizo el silencio...
...Solo soy flor y viento...
Buscame en cualquier parte, menos en el cementerio. En la esencia de la almohada que compartimos en alma y cuerpo. En el infinito de tus dedos
que aun sueño y siento con ellos.
Hoy amor, te invito a aprender desaprendiendo... Retrocede en el tiempo
y en su sabor añejo... Volveremos a los trigales y amapolas,- a ese sentir tan nuestro-. Cuerpos hoy, sesgados, mi hilo fisico esta muerto...
- Te espero- en esa madeja de hilo de mi alma que no puede romper el hielo negro...
LOLA WIZNER Y FERMÍN JESÚS VADILLO
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