La doble llama del farol y su vela
es el reflejo más antiguo conocido por la oscuridad
es la eternidad del movimiento
retráctil ascendente febril.
La doble lava de la noche
es el deleite regado por los bastidores de la sangre
el círculo que se encuentra en sí
entre la nada
y los cuervos convocados a ser
por fin
el origen de la paz
el sentido extraviado por plano
o vuelto hacia la única y breve melodía posible,
¿ el accidente?
Conrado Yasenza
Publicado en la revista Molino Rojo y Fernet
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