Se renuevan los días
como pan recién hecho,
te despiertas en tu lecho
y en las sábanas te lías,
nunca supe hacerme el nudo
de ninguna corbata,
lo que quizá no te mata
tal vez te deje mudo,
esta vida cotidiana
no me parece nada sensata,
la alegría se desata
y se enreda en la persiana,
esta vida peculiar
con cualquiera se marcha,
un telón suave de escarcha
se derrite en tu mirada,
dulce telón peculiar,
ración de minucia y nada,
siempre tuve en qué pensar
en el diván peculiar
de lo que se enfría y se escapa,
regusto que se destapa
en el lecho singular
que te arropa y te desata
en la alegría vital
de mis noches con mi nada.
Nunca supe hacerme el nudo
de ninguna corbata,
de diplomacia ando justo,
lo juro por mi psiquiatra.
Cecilio Olivero Muñoz
Publicado en la revista Nevando en la Guinea 38
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