Y triste quedas, pero yo más triste
de amores vivo y muero sin amores
JOSÉ MARTÍ
Corro rumbo a la locura
buscando la razón.
Mi sombra y yo
nos hemos separado.
Ella atisba
por la hendidura de la puerta
tratando de situar
su conexión a mi vida.
Ahoga
en diferentes brumas
el naufragio de nuestro vínculo.
Al dejarme la soledad
mi sombra recuerda
cuando diminuta-azul
resbalaba tras los juguetes
entonces vivos en mi infancia;
cuando escuchaba con terror cantar,
al borde de la tumba
a mi abuela enloquecida
bajo el pedal
de una máquina de coser;
cuando vio una gaviota
desbordarse en mi adolescencia
y me ayudó a soltarla
tras un trozo de barro;
cuando el tablero no era verde
y nos pusimos a jugar la vida
en la ruleta del futuro;
ante mi decisión
de cambiar el amor por sin amores,
cuando parió conmigo
y un miedo inútil
me hizo sentirme más mortal:
cuando matamos y sentimos, por eso,
que era posible emular con Dios.
Aunque nos sabemos
tantas y otras cosas,
mi sombra y yo nos hemos separado
definitivamente:
ella no pudo resistir
mi decisión de hacer
algo secreto, horrible,
que yo les gritaría
ahora mismo
a ustedes, en su cara,
si lo pudiera recordar.
Del libro Con las alas abiertas y en picada de THELVIA MARÍN MEDEROS
Publicado en Los Libros de las Gaviotas
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