Y perdí el poema depositado en el alma
y prescindí de las palabras cuando ellas me gritaban.
¿Dónde habitan los versos que el silencio traga?
¿Dónde los poemas borrados a la luz del alba?
Y me rocé con la musa perdida entre la noche y el día,
y yo…,
oculta en el caparazón de la vida
para dejar de ser vista,
busqué la métrica simulada entre las aristas de un cubo.
Y me sentí predispuesta a obligar la rotura de los lados
que sujetaban las palabras a tu lado.
Procurando salidas fecundadas,
que permitieran a la rima,
formar parte del universo degenerado..., perdido.
LOLA FONTECHA -Jaén-
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