Ya se calme mi furor en tu seno secreto,
noche de extraños sonidos callados,
ya mi atroz población de seres hambrientos
halle en ti abrigo a su amor desdichado.
Han llorado en tu transcurso mis recuerdos
desde una ciudad de suspendida arquitectura.
Allí habitó el que fui, aquél que sigue siendo.
No ha pasado nada desde el viento y la lluvia.
Poderoso es tu mandato, señora de luto,
he aquí arrodillada ante ti mi obediencia:
mi tensa población de seres obscuros
depone su grito en tu muda presencia.
Pero quiero bajar a tus lentos metales
a hundir mi materia exaltada en tu desarrollo
para emerger abolido en tus aguas letales,
desnudo de ardiente atributo mi ser clamoroso.
Y ya no seguir llorando desde horas lejanas,
solo y total el asedio de voces secretas,
sino que haber transcurrido otras aguas
y haber sido para ser el que sin llanto recuerda.
ULISES VARSOVIA
Publicado en la revista Fuegos del Sur
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