Mira hacia la habitación
donde duermen los padres.
A través de la pared, del pasillo,
se asegura que respiran, que aún están ahí.
Cuando viajan, el hotel donde se alojan
queda lejos,
kilómetros que recorre
con solo girar la cabeza ne la almohada
hacia el lado en que los imagina;
aprendió de niña esa espera:
el tiempo suspendido,
mirar fijo una ruta
y no distraerse;
adivinar el ruido
del auto que regresa.
Del libro La envoltura de Raquel Sinelli -Argentina–
Publicado en la revista Estación Quilmes
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