I
pasos en el aire
la mano ingrávida juega con la luz
y calla su delicada herida
su incierto desánimo de arenas
como un perdón llamado a ser enjambre infinito
II
los baldíos de la infancia
dan carbonilla que se hace pregunta
tiempo en cada rincón de la casa
nace para sí
una melodía penetrante en alcoholes
que usurpa el presente
el vermouth exhalado
por el paladar de lo ordinario.
III
ver el papel
el que descubre la palabra
y desde ahí reconocerte
empezar a ser la tinta
del asesino que por fin
nos borre del silencio.
Conrado Yasenza
Publicado en el revista Molino Rojo y Fernet
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