Garabateas distraída, mi nombre,
mientras yo imagino tus orgasmos.
Los días se suceden arrancando de cuajo,
las sombras de la ausencia.
Diminutos reinos son los poros de tu piel,
si mis besos te alcanzan.
Dibujo lluvia con tus lágrimas de bolígrafo azul,
y me las como porque necesito el hambre.
Tu nombre roza el mío,
en el barullo de cipreses sin rostro.
Sueñas que abrazados,
ignoramos los límites permitidos.
Nos quedamos ciegos, envejecemos,.
los orgasmos no son el ocaso de mundos paralelos.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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