Hoy, en llamas, inaugurando el viaje,
entregando la cabeza, a tumba abierta.
Se desplomaron por la ventana
algunos recuerdos. Para evitar seguir su pérdida,
y que no escaparan, apreté mi piel contra la puerta.
Lo doy todo por un poema de miseria,
entrego una vida, por una charla y dos cervezas.
Rindo mis baluartes por tres cigarrillos,
y un mordisco. Que el tiempo llega
y no me gustan las manzanas enteras.
Confesaré mis culpas en algún invierno,
sin prisa.
Pretendo que seamos dos trenes chocando
en las heladas noches de cuerpo y emergencia.
Con semanas sin lunes, a la orilla del camino,
al abrigo de tres jueves.
Teniendo, al menos, todo el año
el pan de los pobres, sin engaños,
a la orilla del campo.
Disfrutaré de casi todos los pecados,
llegaré al confín de tu lluvia.
Dejaré el miedo, que espolee mis sentidos,
sólo para los días pares que sean números primos.
Busco horas de azar de embravecida risa.
De libertad, sin gesto de miedos en mi morro.
Sin fantasmas bajo las ancas.
Que los pactos sean contra tu pecho,
sin condiciones y en volandas.
Pedro Jesús Cortés Zafra -Málaga-
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