Entre pitos y flautas nos amamos
a tu forma de hacer y tus maneras,
sin pensar que algún día me dijeras
que no estabas servida en tus reclamos.
Como juego de niños comenzamos
respetando murallas y fronteras
y entre bromas, caprichos y de veras
profanaste el terreno que abonamos.
No valen los discursos anacrónicos.
Me hiciste mucho mal con tu osadía
y no acepto tus cantos melancólicos.
Si estuviste mujer en tu traición
no mendigues en mí la valentía
que pudiera nublarme la razón.
Ulpiano Ulpy
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