J. M. Coetzze Diario de un mal año Literatura Mondadori
“Embusteros perpetuos que jamás engañan”
La Fontaine
El panorama poco sano en lo político y social que respiramos me lleva a releer la desafiadora crítica de sólida guarnición provista de ingenio, acidez y excelente fino humor de J M Coetzee en Diario de un mal año lectura, que puede llevar a quienes vivieron y afrontaron la dictadura franquista, comparar en cierto modo aquellos largos años, que fueron al menos esperanzadores en la lucha por una causa, que para una mayoría de la sociedad alumbraba la esperanza de alcanzar libertades, el tintineo de una luz que intermitentemente señalando el final del túnel del nacionalcatolicismo. Aquella salida de la larga noche de piedra, hasta alcanzar una inconclusa democracia. Esta que hoy ésta va difuminándose, porque resulta que los derechos democráticos los herederos del franquismo, el nuevo fascismo, los va reduciendo de manera que la ciudadanía se limite a ser parada y fonda, pagar impuestos y ser políticamente correcta según el evangelio del neoconservadurismo, la mediocridad y la ambivalencia política. Una estulticia que campea por las tribunas gubernamentales del páramo ibérico.
Contemplando el panorama nos podemos formular la pregunta de si esta desafiadora novela de J. M Coetzee de acerada crítica a los sistemas llamados democráticos y condena las dictaduras, le puede interesar a las nuevas generaciones tan armoniosamente alienadas en esta adormilada sociedad de consumo escaso y alarmante paro. Esa es la raíz de tan sólida narración ofreciendo transparentes planteamientos en su inquietante exposición, desde la que se cuestionan situaciones que consideramos cotidianas. Y el autor demuestra conocerlas partiendo de una reflexión crítica de la realidad desnuda que oprime a la sociedad.
“Opiniones contundentes”, es la primera parte de la severa narración con temas como “Sobre los orígenes del Estado”. Con las que mira hacia el pasado hasta recuperar ese punto en el que “ya no es posible distinguir entre historia y mito” Puesto que “Desde el momento en que nacemos súbditos. Un distintivo de esa condición es el certificado de nacimiento. El Estado perfeccionado detenta y protege el monopolio de certificar el nacimiento”. Nuestra identidad es un voto con fecha pactada y cálculos con garantía de que todo aparenta cambiar para que siga igual en una mala imitación de El Gatopardo.
Certero y envenenado dardo en la diana que les permite tenernos identificados, fichados, para que el Estado pueda fácilmente seguir nuestro rastro y comportamiento que el funcionario acólito justifique: el desahucio, el paro, la condena perpetua o la muerte. Esa es la “democracia” actual cada vez más lejana del Partenón, que solo nos permite elegir entre la A o B, usar Internet con libertad, por el momento, pero sin dejar por ello de ser súbdito. Lo que nos lleva a lo conclusión de que “nacidos bajo el yugo, criados en servidumbre, se contentan con vivir como nacieron…”
Meditando sobre las universidades Coetzee considera que “Es muy dudoso que los antiguos poderes del profesorado lleguen alguna vez a restaurarse” Basta mirar el paisaje de nuestra universidades, si es posible de forma disimulada para no molestar a los servidores y expendedores de títulos en cadena, para comprobar su ausencia de protagonismo del ejercicio intelectual y crítico sobre cualquiera de los aquellos temas en los que las mentes elevadas del saber opinan en voz alta para tranquilizar a los futuros diplomados.
Porque aunque sea como un murmullo o agitación de grupos minoritarios, bien que sus opiniones o críticas, podrían despertar la subversión de los súbditos sometidos a Pan y circo permanente espejuelos de ocio. Y entre las muchas dramáticas y criminales situaciones, denunciar cómo se vienen señalando las leyes para poder aplicar con complacencia y fríos cálculos la tortura en la guerra contra el terror y ser utilizada al mismo tiempo para inyectar más miedo en las limitaciones analíticas de los súbditos. Pues, “Para la corriente intimidatoria, autoritaria y militarista de la política occidental. Obama ha sido un regalo de los dioses” Algo que puede llevar a meditar si en los largos años de guerra fría, también existió “una guerra caliente en sótanos, celdas carcelarias y salas de interrogatorio en todo el mundo”, hasta que el ideario socialista se fue a pique.
Amplio abanico de temas y preguntas, donde no faltan acertadas reflexiones sobre literatura e inspiración no aceptadas por un estado de “gracia” Para lo que el autor toma el ejemplo los grandes clásicos del siglo XX, Tolstoi, Chéjov y García Márquez, en esa arqueología inquietante donde en el contenido de la novela se mezclan las emociones más complejas con el paralelismo que acompaña el grueso del relato y su estado emocional, entre el escritor y una joven cuyo inquietante trasero la lleva a contratarla como mecanógrafa para pasar el texto que le dicta. Lo que crea una corriente de opiniones sobre la propia vida del escritor con estos pequeños personajes en un tono íntimo lleno de verdad.
Planteamiento y desafío literario comprometido que termina exponiendo como los obstáculos se derrumban, los conflictos se apartan. Y entonces, a uno se le ocurren cosas que ya sospechaba, descubriendo que no hay nada mejor que escribir y denunciar. Especialmente cuando la vejez amenaza con la última partida frente al póker de la vida que no permite llevar cartas escondidas en la manga al final de la batalla y malherido el combatiente.
PACO VÉLEZ NIETO

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