CELESTES

Desde un celeste horizonte
avanzan unas celestes olas
que buscan una arena
que no alcanza a ser celeste
y que por eso no está en el lienzo
donde solo juegan los celestes
que ganan y pierden intensidad
a medida que se acercan.

Se acercan las olas dejando
atrás un celeste horizonte
donde el cielo y el mar
se unen en un único
y deslumbrante celeste
que sorprende agradablemente
y sosiega las miradas
que se llenan de celeste.

Se llena el lienzo, se llena,
en su totalidad, enteramente,
con el celeste color,
con unos ligeros toques blancos
en las olas que en suave
oleada se acercan a una orilla
que está fuera del lienzo
porque no es su color celeste.

JOSÉ LUIS RUBIO