Donde el pie puso caminos
a la montaña y al mar,
se deja huella y destinos
todo es andar y pasar.
El viajero caminante
buscando la nueva meta,
quisiera ser vigilante
de ese camino que reta.
Vigilando el horizonte,
tras de los cerros el viento
con el sol agonizante,
y abrasador sufrimiento.
Siempre alerta y en tensión,
caminos de la esperanza,
cuando manda el corazón
y el final nunca se alcanza.
Final de pasos cansinos
andados para llegar
donde el pie puso caminos
a la montaña y al mar.
Francisco de Miguel López
Publicado en el blog poetasandalucesdeahora
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