La soberbia de aquellos
que en su tonto creer
se sienten superiores
para ejercer su poderío.
Siendo terribles palabras
expuestas con tal desdén
donde ejerce la arrogancia
menospreciando por temor quizá
al quedar expuestos
ya que carecen de grandeza
por lo que tienen que humillar
a diestra y siniestra
para creer en su superioridad
sin reconocer lo que es su bajeza.
Entre las mil palabras
que en la memoria quedaron
que con saña y malevolencia
el corazón percibió la maldad
que iba dirigida
con saña a otra alma.
“Esa es una bastarda”
quedando mudo el corazón
al sentir la hostilidad
de aquel hombre
que lastimaba a su nieta
sin ninguna compasión.
El reclamo no espero
pues esa no era la forma de hablar
tristemente comprendí
que esta sociedad
carecía de conciencia y corazón.
Los años pasaron
con la ilusión
que existiera una madurez social.
Mas en una ocasión
al estar charlando sin malicia
dirigido fue un comentario
que menospreciaba aquella mujer
saliendo a la luz
lo que se desconocía de ella
con tal desdén y desprecio
se dijo que era una promiscua
por haberse casado más de una vez.
Cual infame calumnia
éste que se cree superior
destruyendo todo a su paso
con tal desestimación y prepotencia
sacando serpientes y pirañas
ya que no se ha tenido el deseo
de aprender a respetar
con la humildad
que caracteriza a la humanidad.
Ya es necesario
que se cambie la manera de pensar
donde el respeto
debe resplandecer en la grandeza.
Sandra Méndez -Guatemala-
No hay comentarios:
Publicar un comentario