Nuestro entorno se ilumina en Primavera,
la alegría se desborda en la gente,
su luz es mas intensa,
bendito pueblo que se despierta
a la vez que comienza.
Aumenta la población.
el turismo nos invade
queriendo conocer.
El cielo vuelve a llenarse con la
inmigración de las aves,
es señal del nuevo ciclo clave,
nos anuncia la nueva estación
que será el nido para la nueva generación.
Amanecer en Tarifa,
caminar hacia La Isla de las Palomas,
la belleza se asoma
con el contraste del mar,
al fondo África,
qué magia existe en este pueblo,
que cuando amanece
parece que nace.
Yo camino diariamente
al amanecer el nuevo día
y hasta a la gente que encuentro,
se le nota la alegría.
Nuestro despertar es para vivirlo,
el asomo del Sol
con esa fuerza de color,
el azul del cielo,
y el contraste de África con su anhelo,
nos indica un nuevo día
que a la vez te dice:
aprovecha, gente, que en tu vivir te lo restaría.
Pero el caminante piensa y dice,
salud es caminar,
ver y vivir es aprovechar,
por eso yo vivo, camino, pienso y disfruto
porque de Dios esto es su fruto.
Cuando después de dos horas
de largo caminar que ya a casa se vuelve,
hasta la piel se dora,
y el cuerpo después de la ducha respira
y se tonifica,
por esa marcha que en la salud se incorpora.
Yo diría que nuestro pueblo,
de Dios recibió su aprobación,
nos ofreció el mar, también del campo su paladar,
de las gentes no quiero ni hablar,
y hasta en la belleza de sus mujeres
puso un ramito de azahar.
Qué ojos los de una tarifeña,
qué color en su piel sin igual,
qué representación le dio a este lugar,
que lo bendijo y miró con ojos de creador.
Calles de nuestro pueblo,
cortas y estrechas,
algunas típicas plazas,
y todas ellas con el embrujo moruno,
porque en el nombre de algunas de ellas
llevan el sello sarraceno.
Qué cultura legamos,
qué aroma heredamos,
qué belleza encontramos
y qué final en su historia supimos.
Por esas calles, ¿cuántos personajes
heroicos desfilaron?,
y qué importancia ellos a nuestra
historia dejaron,
qué riqueza cultural heredamos
que por todo esto somos privilegiados.
Desde la dominación árabe
hasta nuestros días, y en nuestro Tarifa,
todos esos ilustres personajes,
guerreros, luchadores y heroicos,
que hasta para morir lo hacían como
los grandes héroes,
con honor y gallardía.
Qué orgullo de gente que aquí vivía,
que perdieron sus vidas y nos dejaron
las historias
para orgullo de nuestros días.
Esto se lo dedico a todo el pueblo de Tarifa (mi pueblo).
Francisco Pérez Gómez -Tarifa (Cádiz)-
Publicado en la revista Tántalo 67
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