Estar así
ser un repuestero de armaduras
tener por vocación
las monedas y los bolsos
-pobres, ¡que cansados los bolsos!-
Traducirme en explicaciones
como ganado al cansancio
hasta el desgaste traumático
y ahí
sólo
siempre sólo
siempre lejos
cercano a las inmediaciones
produciendo
-me decís-
las meadas o los límites inútiles
cuando yo
no puedo retenerme en el derrumbe
cuando hasta las salidas
están obstruidas por próstatas malolientes
o marcapasos reidores.
No entiendo
no decido por inepto
no escucho por falta de orejas
y no
por un interés de timbres auspiciosos
No decido
ni soy peligroso en la quietud de mis labios
porque
antes de la torpeza
me derramás en intromisiones y regresos.
Conrado Yasenza
Publicado en la revista Molino Rojo y Fernet
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