El juez de guardia entró en el dormitorio y, a pesar del dispositivo policial, la escena le pareció serena.
Los cadáveres de los dos varones, jóvenes, caucásicos y sin muestra de pelo alguno en el cuerpo, yacían tranquilos sobre la cama cubiertos hasta el pecho por una sábana blanca de seda.
Un agente le tendió, en una bolsa de pruebas, una nota manuscrita con bella caligrafía.
“El Dios de la Humanidad ya no existe. Tampoco hay Ángel Caído que custodie los círculos del inframundo.
Los cuerpos que aquí encontrareis pertenecieron a los dos últimos supervivientes de la más brutal guerra habida en el Cosmos.
Una vez fuimos Miguel, Capitán de las Huestes Divinas, y Azazel, Comandante de los Grigori y Valido de Satanás; una vez fuimos enemigos.
Cuando el Creador del Universo concedió libre albedrío a la más miserable de sus criaturas desató el
caos en toda su creación. El Todopoderoso confió en que sus criaturas le elegirían a él, que elegirían
acatar la voluntad que regía el orden cósmico. No lo creyó así Lucifer, su valido de más confianza, quien vio el error de este acto; los humanos seguirían sus propias leyes si se les daba tal opción. Y así fue.
Todas las Leyes Divinas que impusieron a esas criaturas no sirvieron de nada contra su curiosidad… y
descubrieron que su sino no estaba escrito. Dios enloqueció.
La guerra estalló, arrasando dimensiones que siquiera intuís, y a cada victoria le seguía una derrota. La
Creación se desmorona y vosotros, humanos, apenas os dais cuenta; tras cada decisión que tomáis se libraba una batalla, siempre a la sombra de vuestros actos. La guerra ha acabado ya, ahora estáis solos. Sed cautos.”
Al terminar de leer, la recién llegada forense llamó su atención mientras sostenía levantada la sábana de seda. Su rostro era un gesto de confusión. Sin llegar a descubrir los cadáveres, le invitó a echar un vistazo. El juez tuvo que parpadear varias veces antes de aceptar que no había sexo alguno en la ingle de los cuerpos.
Pere J. Martínez Marqués (España)
Publicado en la revista digital Minatura 124
No hay comentarios:
Publicar un comentario