viernes, 26 de julio de 2013

SILENCIO Y MEMORIA

I

No tengo miedo, nunca tengo miedo,
Porque está aquí mi padre.
En la sala, leyendo, mi padre.
Entrando por la puerta,
Colocando el sombrero en el perchero,
Saludando a mi madre, mi padre,
Escuchando, escuchándome,
Contemplándome el sueño, mi padre.

2

Hace cuatro décadas se convirtió en poema.
Entre los naranjales y las palmas
Sus manos blancas y orgullosas
Saludaban o se despedían
Y sus ojos melancólicos, rotundos,
Miraban algo escépticos
El fulgor delirante de la tarde.

3

Ahora no sé si duerme en algún sótano
Donde el mar aletea tal vez llamándolo,
O si libra un combate en orbes locos
Mientras su rostro invisible es la semilla
De una nueva estación o de una estrella.

4

Su recuerdo es verano y es océano
Y es arcilla y es nieve y es ciudad,
Y es ese rostro único, esa figura única,
Ese padre que veo entre estas letras
Que me bebo entre lágrimas
Mientras contemplo su sueño
Y me aproximo a él con pasos lentos.

José Luis Díaz-Granados (Colombia)
Publicado en la revista LetrasTRL 56

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