Anónimos caminos
hacia anchos sepulcros.
Azotados por los “amos”
con látigos de silencio.
Sus horas, sus vidas,
cubiertas de humillaciones;
difícil levantar cabeza
en el estrecho sendero
marcado para el obrero.
A su mano izquierda,
el camino
de la peligrosa libertad.
Libertad que, solo a veces,
entreven en la oscura senda
cubierta por el humo
de los puros del patrón.
Pedro Jesús Cortés Zafra -Málaga-
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