Ya dejé de vacilar,
de conversar con mis recuerdos,
olvidé las reflexiones,
las que esconden los temores.
He dejado los rincones y por fin,
y por fin ahora me traslado a los balcones.
Ya he dejado lo que he sido,
un payaso en zapatones, un poeta sin cojones
al compás de los renglones del vencido.
Ahora muero porque debo, porque quiero
y me sale a borbotones
el licor de mis canciones y el sudor de los favores
que tan solo yo te debo.
Ya dejé de vacilar, de aplaudir en tu función,
he colgado en este solo, en este solo corazón
un cartel: “no molestar”.
Y si en otro despertar ya no tengo habitación,
buscaré en la sinrazón de las olas otro mar.
Y entretanto este cartel me gobierna el corazón,
hoy no quiero más amor, por favor,
“NO MOLESTAR”.
Gustavo González -Valladolid-
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