Arremete la tristeza doblegando tus pasos
pero no la esperanza morando en tus ideas.
El quebranto ataviado de jamelgo perpetuo
relincha su veneno como culebra rastrera
pero la pujanza quiebra la pútrida madera
pero la quimera nace aún en las borrascas.
Condena el destino a ser preso de cadenas
pero no la libertad morando en tus vuelos.
Sangran las alas de un pasado agonizante
y rompe eslabones el grito de un mañana
porque hay ilusión en tu mirada renacida
porque hay amor en tus abrazos heridos.
Ríen a carcajadas los firmamentos grisáceos
porque no ha podido el lodo de los tiempos
hendir tus huellas en los arcanos del miedo
porque te encumbras… aún desde lo vencido.
Diego López (Argentina)
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