"...Ella se puso de costado sobre el lecho y se abrazó su menudo cuerpo. Miraba la presencia artificial de la noche a través de los resquicios de la persiana. A sabiendas, como todas las noches, dejó escapar la liana de su tercera mano violácea, transparente al trasluz de las luces de la calle, y elevó sus pómulos en una sonrisa cuando la vio rondar el marco de la ventana y apalancar la persiana para contonearse entre las sombras..."
Del mi libro "Breviario baladí" de MANUEL JESÚS GONZÁLEZ CARRASCO
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