Me succiona tu boca como apoderándose de mi alma,
me hacen callar tus besos con extrema calma,
vibran mis labios sedientos bajo tus ansias y gemidos
en ese vocabulario único que trastorna los sentidos.
Tus brazos como torrentes me abrazan apasionados
aprisionando mi cuerpo totalmente a tu amor entregado,
una música que suena entre tus zonas y la mías...
sosteniendo la dulzura del placer que nos domina.
Bajan tus cálidas manos sobre mi piel estremecida,
tacto que me recorre, sumisa me quedo expectante,
tus caricias disfrutan el camino más largo y detonante
para fundirse en el medio de mis piernas humedecidas.
Me hablas, me dices mil cosas bonitas y ya no te escucho,
parece alejarse tu voz y acercarse el momento del grito,
sale el alma afuera, el corazón se acelera y late mucho
los poros sueltan sal y los miembros mar del más exquisito.
Subimos al cielo, al infierno, la atmosfera quema hasta los vellos,
flotamos muy juntos, pegados, fundidos en ese andar tan bello,
somos uno solo, seres tan profundos que al mirarnos a los ojos
vemos nuestro interior, puro amor que resalta ese fuego rojo.
SIL TORRES -Argentina-
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