En silencio
acongojado
triste y desolado
observaba
la cruda frialdad
del hacha
y la máquina arrasaba
sin piedad alguna
temblaban las hojas
las raíces lloraban
consternadas
contemplaban
la impiadosa mano
que destruían
sus almas y entrañas
sin pudor alguno
horrorizado de miedo
el bosque solo esperaba
la muerte silenciosa
dignamente y abrumado
sintiendo que ya jamás
escucharía el canto
alegre de los pájaros
ni los amaneceres y los ocasos
ni las crudas tormentas
ni las lluvias ni los vientos
ni el murmullo de la gente
cuando cobijo buscaba
bajo su viva y reconfortante
sombra, su penumbra
su figura y su espectro
caía su trágica nostalgia
Ya jamás percibiría
la suavidad de las estrellas
ni la caricia de la luna
ni el calor del sol
ni la oscuridad de la noche
resignado y sin fuerzas
se desplomaba lentamente
y sin poder hacer nada
ante tamaña inclemencia
del ser humano incoherente
a quien nada le importaba
de su savia, jugo y esencia
ni de toda su energía
fuerza y vitalidad
para respirar aire puro
que otrora...ya muy lejos
¡el mundo buscaba!
Sil Cari -Argentina-
No hay comentarios:
Publicar un comentario